Entrevista a Christian Vázquez, siempre apostando
Escenarios

Entrevista a Christian Vázquez, siempre apostando

Ahorita estás involucrado en varios proyectos pero primero cuéntame un poco de cómo fue trabajar con Heidi Ewing en Te llevo conmigo.

Fue una muy bonita coincidencia, había visto un documental de ella que se llama One of Us en Netflix que está increíble, es muy chistoso cómo la vida me puso en sus manos para poder hacer Te llevo conmigo, fue muy interesante la manera tan particular en la que se abordó el proceso para desarrollar estos personajes y este proyecto en general. En sí, la película está basada en hechos reales y uno como actor siempre tiende a querer investigar a quién le va a dar voz, desde un principio ella fue muy tajante y muy clara al decirnos que no quería que investigáramos nada de ellos, no quería que supiéramos quiénes eran, nos dijo que en su momento los íbamos a conocer y tenía mucha razón porque bien o mal, en el proceso que nos tocó hacer a nosotros, estábamos recreando esa memoria emocional que en su momento Iván y Alejandro, que son los personajes reales, le compartieron a Heidi de cómo se conocieron, qué los motivó y qué los llevo a tomar esa decisión para estar ahora en Estados Unidos. Nos aseguró que no eran los mismos de hace 10 años, mucho menos de hace 20, entonces que si conocíamos a los personajes ahorita íbamos a agarrar de lo que son actualmente. Su historia me motivó en todo sentido porque era dignificarla y darle voz a esos personajes reales, fue un proyecto y un proceso en el que yo aprendí en todo momento, me inspiraba mucho saber que la historia que estábamos contando estaba ocurriendo a la par, pues hoy en día la película se sigue contando.

Foto vía Facebook Christian Vazquez

A lo que voy con esto es que el proceso fue como un rompecabezas con un sinfín de piezas, yo llegaba con mis piezas y Armando también y teníamos que darle forma, buscando que fuera el mejor paisaje para todos, lo bonito con Heidi es que había muchos caminos por recorrer y llegar al mismo objetivo. Fue un acto de amor y de generosidad, día a día en el rodaje siempre fui con el corazón por delante y creo que este proyecto por eso conecta con el espectador porque es avallasador en todo lo que engloba, soy fan de esta historia que ellos a través de sus sueños están siendo cómplices de los nuestros, como el tener esta nominación al Ariel o haber sido mencionados en festivales o que incluso se llegó a decir que podíamos estar nominados a un Oscar y no pasó, pero eso no importa porque el hecho de que hayan volteado a ver esta película y hayan valorado nuestro trabajo da mucho de qué hablar.

Fue como un viaje, como una montaña rusa de emociones y lo voy a agradecer siempre porque aprendí mucho, aprendí a soltar, a confiar más y a ser relajado en ese sentido. A veces uno como actor quiere tener el control de las cosas y en ocasiones también hay que fluir y así fue este proceso con Heidi, si bien o mal ella es documentalista y está acostumbrada a trabajar con la realidad, nosotros teníamos que representar esa realidad, cómo hacer eso abordándolo desde el lado humano y no desde el juicio no cuestionando sino simplemente fluyendo.

Tan solo al ver el tráiler se nota, hay escenas que te logran mover y me imagino que como actores fueron más los sentimientos encontrados.

Totalmente, estábamos un poco nerviosos. Siempre como actor estás un poco vulnerable, te preguntas si lo estás haciendo bien y qué va a decir la gente cuando lo vea, pero Heidi fue una pieza importante, hubo un sinfín de actores que hicieron casting y a veces uno corre con la suerte de tener esa chispa que muchas veces no sabes ni cuál es, así que el que ella me seleccionara para darle voz a Gerardo es porque encontró en Armando y en mí una esencia que en conjunto hacía dinamita, eso es lo que ella necesitaba para que en el rodaje lo pudiera capturar, la química que generamos Armando y yo tanto dentro y fuera del set fue fundamental para que esto fuera lo que es y también para que el público conectará con nosotros y esa era la mayor responsabilidad que teníamos, para que de alguna manera se enamoraran de los personajes. Desde que asistí al casting me quería quedar con el personaje de Gerardo y luego vino el reto: representar una historia tan bonita de amor hacia alguien del mismo sexo y sin pretensiones, ese volver a nacer en otra ciudad como Nueva York.

¿Y cómo recibiste la nominación al Ariel?

Se siente muy bonito que la academia haya volteado a ver mi trabajo en este proyecto y que me haya nominado, es un honor estar nominado junto a mis compañeros, a la gran mayoría los conozco o he trabajado con ellos y es muy lindo reencontrarse con eso. La primera persona que me felicitó fue Armando Hernández, un actor que estuvo nominado el año pasado, automáticamente mi mente me transportó al momento en el que se estrenó la película en el festival de Sundance y donde la vi por primera vez, volví a sentir esa sensación y di gracias a la vida por este regalo, por ser parte de este proyecto y de esta historia, este premio es un recordatorio a lo que yo le aposté teniendo 18 años y venirme a la Ciudad de México, me di cuenta que a todo lo que le aposté está teniendo sus frutos, es el premio, es la paga, es como reafirmar que el que no arriesga no gana porque también venimos a eso a esta vida, a exponernos, a provocar ciertas cosas para que sucedan y un recordatorio para no confiarme.

A partir de aquí es más la responsabilidad de querer sumarme a más proyectos que tengan este tipo de voz y este tipo de cuestionamiento, así que lo recibo de la mejor manera, con los brazos abiertos, lo que pase mañana ya es ganancia, esto me viene a decir “Ánimo, vas por buen camino” y que las cosas se han estado haciendo bien, creo que el mejor premio para un actor es seguir vigente, el seguir trabajando y que la gente siga confiando en ti para sumarte a más proyectos.

Hablando de arriesgarse, otro de los papeles que te han llevado por ese camino es el de Yo Fausto.

Cuando me preguntan qué busco en los personajes o en los proyectos creo que es eso, que te saquen de tu zona de confort, que de manera coloquial te lleven a ensuciarte las manos y que te adentren más lo que tienes que representar. En el caso de Yo Fausto, es un personaje con el que me tuve que ir a sumergir por dos semanas y media al hospital psiquiátrico Fray Bernardino y entrevistarme con unos diez pacientes esquizofrénicos en sesiones de 15 minutos con cada uno, eso me cambió un poco la perspectiva de la vida y me hizo valorar en dónde estoy sentado actualmente, teniendo esta conciencia de lo que estoy hablando bajo mis cinco sentidos y estar cuerdo, platicar con los médicos fue un trabajo de campo muy interesante, leer con Julio Berthely que es el director, y con Arcelia Ramírez y Carlos Aragón que interpretan a mis papás. Retratamos una realidad muy delicada, así que implicaba hacerlo de la manera más honesta y respetuosa posible.

El personaje de Fausto representó un reto muy importante pero también muy favorable, porque como actor siempre buscas algo que te confronte y que te cree esa responsabilidad, en mi carrera como decía, me he tenido que ensuciar las manos para que la gente conecte con los personajes, hasta el día de hoy la esquizofrenia sigue siendo un tabú, un tema que nos da mucho miedo o que simplemente desconocemos, en mi caso nadie de mi familia la padece y es un mundo con un sinfín de posibilidades porque la mente es un misterio sin resolver. Proyectos como Yo Fausto son necesarios porque son un espejo de la sociedad y permiten tener empatía con aquellos que sí están pasando por eso, el cine logra que podamos vernos en pantalla y tener un cambio de conciencia.

¿En qué momento decidiste que te querías dedicar a la actuación?

Yo me topo con la actuación de una manera muy accidental, estaba en la secundaria en el taller de corte y confección y mis amigos me hacían bullying de que yo hacía faldas y demás, para que me dejarán de molestar decidí cambiarme al taller de teatro pero curiosamente el maestro casi nunca estaba porque se la pasaba de gira por todo el mundo pues pertenecía en ese momento al grupo de danza en Guadalajara, hasta que un día me lo encontré y le dije que yo quería hacer teatro, aunque en un principio era porque quería escapar del bullying, cambiar mi realidad de ese momento, le dije que yo quería que lo que él hacía a mí también me llevara a viajar por todo el mundo y eso quizá fue lo que le hizo eco al profesor y me ayudó a integrarme al grupo, ahí empezó un poco la aventura. Ya en la prepa me metí más de lleno de una forma más profesional y empecé a hacer teatro en Guadalajara y uno de mis mejores amigos, Osvaldo Zárate, que también es actor se fue a la Ciudad de México y lo alcancé 6 meses después. Teniendo 18 años fue un tema con mis papás, les dije que venía a probar suerte por un mes que ya se convirtieron en 16 años, empecé haciendo cosas ajenas a lo que realmente yo quería, estuve tocando puertas que no se abrían pero que luego se terminaban abriendo de forma mágica y empecé a trabajar con gente que admiraba, he sido muy afortunado, aunque muchas cosas son consecuencia de que me he arriesgado y no me he rendido.

Con Basura Films hice mi primer casting para la película Apocalíptico, cuando me vieron me preguntaron por mis papás porque me veía muy niño aunque ya tenía 18, cuando les dije que era mayor de edad me dieron un poema en maya que tenía que aprenderme, lo que pudiera básicamente y recitar frente a todos, me llamaron varias veces, llegué a hablar con Mel Gibson, pero al final no me quedé en la película porque se iban a ir a Veracruz por ocho meses a filmar y yo no tenía ropa para tanto tiempo, cuando me vine de Guadalajara eché pocas cosas a la maleta, pero no me bajoneó el no haber sido parte de esa cinta, más bien fue una señal de que ya no quería regresarme con mis papás. Ese casting me brindó la confianza y para el segundo que hice ya me quedé en Trade del director alemán Marco Kreuzpainter y de ahí vino todo lo demás. Apostar el todo por el todo me ha llevado a ganar pero sobre todo a aprender, siempre he dicho que esta carrera es un maratón.

Claro y así también ese casting te llevó a De brutas nada, ¿cómo ha sido la experiencia en esta serie original de Amazon?

Justamente estoy en Bogotá grabando la nueva temporada, acá hicimos la primera y la segunda, hemos corrido con la suerte de que en el 2020 se estrenara y tuviera una increíble recepción del público, me siento muy contento y más consciente, estamos parados en otro escenario donde ya hay una pandemia de por medio, no somos los mismos de entonces a ahora, al menos yo ya no doy las cosas por hecho y valoro mucho en dónde estoy parado, creo que somos sobrevivientes de este gran acontecimiento y esta tercera temporada viene con unos personajes más maduros y con circunstancias diferentes en las que se van a ver involucrados.

Foto vía Facebook Christian Vazquez

Mi personaje Alejandro es muy entrañable en muchos sentidos y creo que precisamente por eso la serie gusta mucho, tiene personajes imperfectos que cometen errores como cualquier ser humano y con los que te identificas. La gente es clave para estar aquí, realmente me siento muy afortunado de conectar con este personaje, con el equipo de producción y con mis compañeros.

También creo que la química que mencionabas con Armando en Te llevo conmigo luce en pantalla con el elenco de esta serie.

Eso es muy bonito y si se notó en las primeras dos temporadas, ahorita está por 2. Estamos siendo más humanos por lo que pasamos el año pasado, somos más terrenales, más conscientes de lo que tenemos hoy, sabemos que somos efímeros y que no somos protagonistas de absolutamente nada, lo más bonito es que estamos todos en el mismo tono y con la misma disposición de no quererle robar foco al otro y esa camaradería se refleja, la pasamos muy bien tanto dentro como fuera del set, no queremos que la comedia sea forzada, eso es muy importante y se disfruta.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *