¡Los años nunca pasan y se ven jóvenes de por vida! Además de su genética y sus extensas rutinas para el cuidado de la piel, las asiáticas toman mucho en cuenta su alimentación para lograr y mantener la piel impecable.
Los secretos y rituales para tener una piel saludable y de porcelana están aquí:
Doble limpieza facial, mañana y noche. Las asiáticas suelen desmaquillar primero su piel en profundidad con una leche desmaquillante para eliminar los pigmentos de color y los restos más profundos del maquillaje como la barra de labios o la máscara de pestañas, para después, limpiar la piel con una espuma limpiadora adecuada con su tipo de piel que arrastra las células muertas. Es uno de los grandes secretos de su piel traslúcida y luminosa. Por cierto, ¡no usan jabón!
Cepillan su cara. Usan cepillos de cerdas suaves para estimular la circulación, mantener la piel tonificada y libre de células muertas. Si se pone en práctica, es muy importante evitar el área de los ojos, pues es muy delicada.
Té de cebada. Actúa como un anticoagulante, rico en antioxidantes que previene el cáncer, un excelente limpiador de sangre. Se recomienda tomarlo antes de cada comida para no comer tanto y dar sensación de saciedad. También, para calmar el antojo de comer algo dulce, se debe optar por esta bebida en lugar de refrescos o jugos con azúcar.
Fanáticas de las mascarillas. Es tal la obsesión por el cuidado facial, que las coreanas utilizan dos mascarillas al día, una por la mañana y otra por la noche. Las más populares son las que tienen forma de máscara, las cuales tienen ingredientes activos como vitamina C, baba de caracol o té verde. Se recomienda rotarlas para hidratar, aclarar, limpiar e iluminar la piel por igual.
Vegetales. Suena muy trillado, pero cuando la base de alimentación son las verduras, se llega a bajar la cintura y la cara se vuelve más afilada. Se recomienda consumirlas crudas o al vapor, respetando el sabor natural. Los típicos son la col, la lechuga, apio, espinaca, moras azules y mucho rábano.
Agua de arroz. Considerada como el secreto de las geishas, es energizante, mejora la digestión y promueve el crecimiento de las células que retrasan el proceso de envejecimiento y aumenta la correcta circulación de la sangre.
Pescado. Fuente muy valiosa de grasas “cardiosaludables”, Omega 3, particularmente ácido eicosapentanoico (EPA), ácido docosahexanoico (DHA) y ácidos grasos poliinsaturados, que se encuentran principalmente en pescados azules (atún, arenque, sardina, caballa, salmón, anguila).